Lugares literarios de Castilla y León

TEXTO 1:

[…] en la evolución y remate de esta historia fantástica tuvo un influjo positivo la incidencia casual de dos mujeres de carne y hueso, ambas muertas ya y bastante olvidadas. La primera de ellas es Elena Fortún. Cuando tenía ya bastante pergeñada la historia de Caperucita y tomados muchos apuntes sobre ella, me encargaron unos guiones de televisión sobre Celia. […] la relectura de Elena Fortún significó una inyección vitamínica para reanudar la historia interrumpida de Sara Allen. […] Se trata de una niña de diez años que vive en Brooklyn y está deseando ir sola a Manhattan para llevar a su abuela una tarta de fresa. Sabía yo que la abuela había sido cantante de music-hall y que el lobo era Mister Woolf, un pastelero millonario que vive cerca de Central Park en un rascacielos en forma de tarta. La primera parte estaba clara: la niña sueña con escaparse. Para la segunda, que constituye la verdadera peripecia del libro y coincide con la escapatoria de Sara, necesitaba inventar alguien que sirviera de enlace entre ella y el bosque de la gran ciudad. Un personaje que cumpliera una función iniciática. […] Y estando en éstas, se me apareció la segunda mujer de carne y hueso de que he hablado antes. Un buen día, leyendo casualmente la historia de Nueva York, me enteré de que Frédéric Bartholdi, el constructor alsaciano de la Estatua de la Libertad, había llevado a cabo su obra inspirándose en el rostro de su madre, una mujer muy hermosa. Esta historia me pareció como caída del cielo, y en Madame Bartholdi me basé para crear el personaje de Miss Lunatic, una mendiga que vive de día oculta en la estatua y sale de noche para aliviar las desgracias humanas e insuflar audacia y libertad en los seres amedrentados y sin norte. (465-66)